Romanos 5:5
Al pensar en plenitud, - ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? - la respuesta es diversa al preguntarle a quema ropa a cualquiera, para algunos fue desafiante mi pregunta y quizá, un tanto ambiciosa para otros. Aunque mi intensión no apuntaba al dinero, en su mayoria, esa fue la respuesta; por lo que a mi respecta, este trae consigo mucho más problemas que soluciones.
Relfexione hacia dentro, y me cuestione de igual manera, pense en el único lugar donde me senti realmente plena, y me encontre con lo acogedor que resulta un fuerte abrazo. De mi niñez, lo que más tengo grabado, son los abrazos de mi papá al recogerme del colegio (que fueron contadas ocaciones) el salir corriendo hacia sus brazos y tener la certeza de llegar a un lugar seguro después de un largo día de pleitos con los niños del kinder, realmente me confortaba. O, en las enfermedades, recuerdo los abrazos de mi mamá arruyandome hasta quedar dormida, sentirse comodamente confiada en que todo ira bien, eso si es plenitud. Aún ahora, después de un largo día de estudio y trabajo el poder encontrarme con vladi (mi dulce novio) estrecharnos y animarnos el uno a otro... ahhh... puedo suspirar de solo pensarlo, y dejar en ese abrazo todas las cargas que, en ese momento no parecen tan pesadas.
Ciertamente Dios sabe lo que necesitamos, nos ha dejado su amor como plenitud de vida. Amor puro y sin mancha que nos ha regalado en la cruz, amor para compartirlo, para animarnos y confortarnos unos a otros; de aquí el versiculo de romanos, que del amor que ha puesto en nuetros corazones, es el mismo amor que compartimos entre nosotros, en nuestras relaciones personales.
Recibe hoy de su amor y sentite pleno en sus brazos.
Clare
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